Ferran Adriá se reinventa. La alta cocina no es rentable
Los cocineros del olimpo de los dioses afrontan el reto de reinventarse cada día. El glamour del mundo gastronómico es cada día más exigente para los grandes chefs, no es fácil enfrentarse al estrés diario, a los rituales de la competición y el dinero, a los críticos gastronómicos, a las exigencias de liderar las mejores guias gastronómicas del mundo. Reinventarse o morir.
La exigencia de novedades por parte de los comensales les obliga a asumir que hay que renovarse y permanecer atentos a cada nuevo hallazgo.
La crisis ha afectado y mucho a la alta cocina ya de por si poco rentable, las exigencias que suponen los desafíos económicos obligan a muchos chefs a cuestionarse la rentabilidad de la cocina de autor. Algunos como Ferran Adriá se han visto obligados a abrir locales más informales, suprimir personal o buscar nuevos retos lejos de los fogones: congresos, conferencias, líneas de productos para supermercados, programas de cocina televisivos, libros, asesorías internacionales, caterings etc.
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