El arroz es el cereal de mayor consumo humano. Fueron los árabes quienes lo trajeron a España desde Asia y, por ello, les estoy profundamente agradecida. Aunque durante años me impuso mucho cocinarlo y me costaba enfrentarme a el, a lo largo de los años he ido cogiéndole el punto y ahora tengo mis trucos para no fallar a la hora de hacer un "arrocito".
Hay muchas maneras de cocer el arroz, dependiendo de la cantidad de agua que utilicemos, de si usamos la técnica del vapor, de si combinamos grasa con agua o y agua o de si lo cocemos en leche. En nuestra tradición culinaria, el arroz se puede cocinar en blanco, caldoso o seco. Este último es el que tanto me imponía hace tiempo y sobre el que os daré siete consejos para no fallar en su preparación.
Los arroces secos son aquellos que, al finalizar su cocción, han absorbido o evaporado su líquido de cocción. Generalmente se rehogan en grasa antes de cocer, así queda más suelto. Se suelen elaborar en recipientes de base amplios y poca profundidad. Son arroces secos el pilaf, el risotto y el arroz en paella.
Este último, el arroz en paella, es el más popular de la cocina mediterránea y al que se aplican mis consejos para conseguir un arrocito sin fallos. Los otros tipos de arroz tiene sus características y trucos propios, que no voy a tratar en esta entrada. No quiero mezclar, no confundiros, ni hacerla interminable, así que eso lo dejo para otro día.
Siete consejos para no fallar al hora de hacer un arrocito
- El arroz tiene que quedar extendido en una capa muy fina para que su cocción sea óptima, por ello hay que utilizar una paella del tamaño adecuado. Las medidas orientativas son: paella de 40-45 cm para cuatro o cinco personas, paella de 55 cm para 10 personas, paella de 65 cm para 15 personas.
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¿Vas a hacer un arrocito? Siete consejos para no fallar
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