Las semillas de chía, las bayas de acai y la maca han viajado desde los rincones de Latinoamérica hasta nuestros supermercados. Elogiados como "súper alimentos" vuelan de las estanterías. Pero ¿son realmente tan buenos?
Hoy en día apenas me inmuto cuando mi pareja me pide que mezcle las semillas de chía, el cacao crudo y las bayas de acai en su batido de leche de almendras por la mañana. Para algunos de nosotros, estos ingredientes un día exóticos, que se comercializan como ricos en antioxidantes y protectores contra el envejecimiento, se han colado en nuestro vocabulario culinario y entre tanto actúan como alimentos cotidianos, sin los que ya no podemos vivir.
La industria alimentaria, desesperada por diferenciar sus productos, ha elevado los humildes granos y las bayas al estatus de súper alimentos, y no solo debido a su alto contenido en antioxidantes y nutrientes vegetales, sino también debido a su origen exótico, de los Andes o el Himalaya, donde los campesinos cultivan sus cosechas a mano, de forma tradicional, sin productos químicos y con amor.
Comentarios
Publicar un comentario