La montanera es como las corridas de toros, ¿sabe usted? Hasta que no acaba, uno no puede decir si ha ido bien o mal”.
Blas Larrasa, el Canito, toquetea dos bellotas bien gordas como si fueran castañuelas en la finca del Coto del Rey, a unos cinco kilómetros de Jerez de los Caballeros (Badajoz), de la que es encargado. Las vuelve a echar al suelo antes de fumarse un puro cuando apenas son las nueve de la mañana y el rocío ya no provoca resbalones por los campos. Allí, el sol calienta la retirada del otoño entre las plantaciones de encina y alcornoque que alimentan a un total de 708 joselitos sueltos en un eslalon continuo, donde esquivan árboles y retozan por el monte.
Los reyes del jamón | EL PAÍS Semanal | EL PAÍS
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