Cada vez hay mayor evidencia científica de la importancia de la nutrición en la salud. Como aquí hablamos de avanzada edad, me voy a centrar en este sector de población. Cuando un paciente aquejado de algún proceso patológico tiene además asociada mala nutrición, el pronóstico es peor y del mismo modo cuando una persona tiene mal estado nutricional es más fácil que suceda algún proceso patológico.
Es importante comer bien, de forma saludable, a cualquier edad, también cuando somos muy mayores, faltan dientes, tragamos o masticamos mal, nos cuesta… también se debe cuidar la alimentación y eso a veces implica preparar la comida de otra manera. Me encuentro en mi trabajo a familiares que cocinan con interés pero lo hacen de la misma forma que lo han hecho siempre y en ocasiones sería más adecuado hacerlo de otra manera. Hablo de alimentación adaptada. Hay que adaptar las texturas y las cantidades, que suelen ser menores, pero por eso hay que hacerlas más nutritivas. Los profesionales de la geriatría tenemos formación para asesorar sobre las consistencias adecuadas y los alimentos más recomendables. Planteo un ejemplo para reflexionar, si me faltan dientes, me cuesta masticar y voy a comer más despacio (como menos porque me canso) o dejo de comer algún tipo de alimento (por ejemplo la carne), la solución que planteo es poner consistencias de fácil masticación que resulten gustosas y sustituir las proteínas de la carne por las proteínas que hay en otros alimentos como pescado, huevos (la proteína de la clara del huevo es muy buena).
Que importante es el papel de la persona que cocina en casa, no saben lo que nos gusta a los geriatras hablar con esa persona. Es parte del éxito en el tratamiento y en la prevención.
Es importante comer bien, de forma saludable, a cualquier edad, también cuando somos muy mayores, faltan dientes, tragamos o masticamos mal, nos cuesta… también se debe cuidar la alimentación y eso a veces implica preparar la comida de otra manera. Me encuentro en mi trabajo a familiares que cocinan con interés pero lo hacen de la misma forma que lo han hecho siempre y en ocasiones sería más adecuado hacerlo de otra manera. Hablo de alimentación adaptada. Hay que adaptar las texturas y las cantidades, que suelen ser menores, pero por eso hay que hacerlas más nutritivas. Los profesionales de la geriatría tenemos formación para asesorar sobre las consistencias adecuadas y los alimentos más recomendables. Planteo un ejemplo para reflexionar, si me faltan dientes, me cuesta masticar y voy a comer más despacio (como menos porque me canso) o dejo de comer algún tipo de alimento (por ejemplo la carne), la solución que planteo es poner consistencias de fácil masticación que resulten gustosas y sustituir las proteínas de la carne por las proteínas que hay en otros alimentos como pescado, huevos (la proteína de la clara del huevo es muy buena).
Que importante es el papel de la persona que cocina en casa, no saben lo que nos gusta a los geriatras hablar con esa persona. Es parte del éxito en el tratamiento y en la prevención.
Mª Pilar Ochoa es medico especialista en geriatría y asesora de Sensovida.
Cocinar para mayores - SensoVida
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