La debacle de Chipotle: cómo
la cadena de comida rápida
se está comiendo a su propio
negocio
La marca de cocina mexicana que vivió un espectacular
crecimiento en los últimos años, hoy enfrenta el desafío de
redefinir su cultura corporativa tras el golpe que significó el
brote de E.coli que afectó a varios de sus locales en EE.UU.
crecimiento en los últimos años, hoy enfrenta el desafío de
redefinir su cultura corporativa tras el golpe que significó el
brote de E.coli que afectó a varios de sus locales en EE.UU.
La reunión anual de accionistas de Chipotle del 11 de mayo prometía ser algo bizarro. Activistas e inversores iracundos estaban dispuestos a descargarse contra los co-CEO de la cadena de restaurantes, Steve Ells y Monty Moran.
Dos semanas antes Chipotle había informado pérdidas trimestrales de US$ 26,4 millones -era la primera vez en sus diez años como compañía que cotiza en Bolsa- luego de un brote de la bacteria E. coli muy comentado y varios incidentes sanitarios posteriores. Habían caído las ventas de los restaurantes casi en un tercio y las acciones se hundieron 30%. De acuerdo con informes, era casi seguro el intento de cambiar el directorio de la compañía. Como dijo un importante asesor de inversiones, sus "fracasos dañaron la marca y borraron miles de millones de dólares de valor de los accionistas". Diez mil millones de dólares desde el pico del precio de las acciones, para ser precisos.
Llego al hotel Grand Hyatt de Denver poco antes de las ocho de la mañana. El lugar de reunión, una sala de conferencias sin ventanas, es sorprendentemente pequeño e incómodamente íntimo, con sólo tres filas de nueve sillas frente a una mesa con un mantel. Aparentemente, esto es lo habitual en las reuniones anuales de Chipotle, como lo es el hecho de que son cerradas a la prensa. (Logro ingresar mostrando que un fondo mutuo incluido en mi cuenta de ahorro para la jubilación incluye acciones de Chipotle entre sus inversiones).
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