Una comida que aún nadie supo mejorar
DOMINGO 16 DE JULIO DE 2017
Tomás Linch
PARA LA NACIONSEGUIR
109
La grieta que divide al mundo de la cocina, la división que puede ser el punto de partida para entender platos, gastronomías, sistemas de producción y distribución de alimentos, es una clara línea que separa la carencia de la abundancia. Un ejemplo: mientras madurar una carne de alta calidad -dry aged?, perdiendo hasta un 30% de su peso, es un sinónimo notable de abundancia, cocinar en un wok para maximizar la escasez de leña, es una de las representaciones más acertadas de la carencia.
Nunca supe en cuál de estas dos tradiciones inscribir a la milanesa. ¿Alguien decidió ponerle pan rallado para que la carne gane en terneza y así disfrutar aún más de su cuadril? ¿O tal vez un ama de casa medieval y desesperada usó el pan del día anterior para alargar ese bifecito y alimentar, así, a toda su prole? Tal vez las dos cosas y quizá la milanesa represente, en términos hegelianos, la síntesis que tanto esperábamos.
Lo cierto es que esta comida se convirtió en un ícono porteño y nacional: nadie debería desconocer el fanatismo que los tucumanos tienen por el sándwich de milanesa, al que un artista local, Sandro Pereira, dedicó una escultura de más de dos metros de alto.
Ver mas...
Una comida que aún nadie supo mejorar - 16.07.2017 - LA NACION
Comentarios
Publicar un comentario