El poder de la cocina vasca
En 2014, 'El País Semanal' dedicó un reportaje a la cocina vasca, que con una fuerte tradición y personalidad, llevaba años en la élite culinaria mundial. Hoy, en 2017, dos restaurantes guipuzcoanos (Mugaritz y Arzak) y otros dos vizcaínos (Etxebarri y Azurmendi) se cuelan de nuevo entre los cincuenta mejores del planeta, volviendo a colocar en el mapa a un pueblo apasionado por su comida.
EL DÍA que murió el padre de Juan Mari Arzak se juntaron 60 a comer en su taberna, en el llamado “Alto de Vinagres” (por los vinos peleones que servían en su mostrador), a las afueras de San Sebastián. Guisaron sopa de pescado, alubias, merluza en salsa verde, mataron pollos y abrieron botellas de sidra. Su viuda, Paquita Arratibel, cocinera desde adolescente en un recóndito caserío del valle de Ataun y que antes de casarse con Juan Ramón Arzak había trabajado de pinche en casa de unos señores de Madrid, no se separó de los fogones en toda aquella jornada de luto. Era la metáfora de su vida. Cocinaría hasta el final. Era 1951, el huérfano tenía nueve años y había que sacarle adelante. Hoy, a los 72, Juan Mari, ese niño educado en euskera y que apenas hablaba castellano, todavía recuerda aquel día. Y reconoce que todo en Euskadi se celebra en torno a la comida. “Este pueblo es así, no me preguntes por qué; los vascos no sabemos ni dónde hemos salido”. (Ver mas... Reportaje: El poder de la cocina vasca | EL PAÍS Semanal)
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