Cuatro reflexiones
* Hay varias reflexiones en el aire. Una, la alta cocina vivió su momento álgido de creatividad, con Ferran Adrià como líder de un movimiento de calado mundial, coincidiendo con el boom de la economía española. Mesas llenas, listas de espera, inversiones elevadas en ambiciosos proyectos, jugosos fichajes como asesores de cocineros con estrella Michelin… No importaba la rentabilidad, porque ésta no era posible, así que se recurría con naturalidad al lanzamiento de segundas marcas como una vía para generar negocios e ingresos complementarios...
* Segunda reflexión: ¿cómo se pueden sostener el negocio de restaurantes en los que el número de profesionales del equipo es casi el mismo que el de comensales por servicio? ¿Cómo se gestiona y digiere un ratio así? Ver
Alta cocina S.L. - Gastroeconomy
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